Descripción

El vitral en forma de flor que ilumina la cripta de la Colonia Güell, una creación distintiva diseñada por Antoni Gaudí, se nos revela aquí en una luminosa paleta de amarillos. Esta pieza es un testamento de la constante búsqueda de Gaudí por integrar la luz natural y las formas orgánicas en su arquitectura, transformando un espacio funcional en un santuario de color y simbolismo.

La forma de flor, perfectamente circular y compuesta por ocho pétalos, es una iconografía recurrente en la obra de Gaudí, simbolizando la naturaleza en su máxima expresión de belleza y vitalidad. En esta interpretación amarilla, los pétalos irradian una calidez solar, alternando entre tonos que van desde un amarillo limón translúcido hasta un dorado más intenso y profundo. Esta gradación cromática evoca la luz del amanecer o el resplandor del mediodía, imbuyendo el espacio de una atmósfera alegre y esperanzadora.

El centro de la flor es un círculo concéntrico de un azul vibrante, que contrasta vivamente con los amarillos circundantes. Este punto focal azul, luminoso y sereno, puede interpretarse como el ojo de la flor, un núcleo de pureza que equilibra la energía cálida de los pétalos. La yuxtaposición de estos colores primarios, amarillo y azul, es un recurso gaudiniano que crea dinamismo y profundidad visual, permitiendo que la luz se filtre de manera diferente a través de cada tono.

Las líneas de plomo, sutilmente integradas, delinean cada pétalo y el núcleo central con una precisión que, lejos de ser rígida, realza la fluidez y la organicidad de la forma floral. Este vitral no es solo una ornamentación; es una fuente de luz y color que transforma la cripta, creando un ambiente contemplativo y elevador. La «Flor Amarilla» de la Colonia Güell es un recordatorio sublime de cómo Gaudí convertía cada elemento arquitectónico en una pieza de arte trascendente, fusionando la luz, el color y la forma para crear experiencias espaciales inolvidables.